Es bueno recordar a todas las personas que te han querido a lo largo de tu vida y acordarse de todos los momentos, pero sobre todo de los buenos.
Todos los recuerdos buenos suelen ser de la infancia. En aquel momento nada te preocupa, tan sólo quieres jugar y ser feliz. En la adolescencia hay muchos recuerdos bonitos porque es cuando empiezas a saber lo que quieres, empiezas a saber lo que te preocupa y, mejor aún, tienes amigos que te ayudan en los buenos y malos momentos. Todos los lugares que visitas forman parte de tus recuerdos y te hacen muy feliz. Cuando eres mayor recuerdas todo esto y eres feliz.
A lo largo de la vida pierdes a la gente, pero con sus recuerdos puedes revivir en todo lo que habéis vivido. Mucha gente al pensar en estos recuerdos llora y aunque le de vergüenza es bueno porque sabe que ahora esa persona estará siempre en uno mismo.