miércoles, 1 de diciembre de 2010

Dejaste una huella en mi...

Todo iba bien, éramos felices, nos queríamos, creímos que eso duraría pero me hiciste daño la huella que en mí dejaste permaneció.
Pase malos días, malos meses hasta que por fin un gran amigo me ayudó y tu huella borró. Comenzamos a sentir algo extraño pero sincero y profundo; tu huella no era más que un puñado de tierra que el aire se llevó.
Algo pasó y cambiamos, ya no éramos los dos amigos que se apoyaban y ayudaban pero a pesar de cambiar seguíamos estando unidos. Tú volviste a aparecer, a mi todo me iba bien y había olvidado todo pero en el primer instante en el que te vi todo surgió de nuevo y la huella volvió a aparecer. Tú estabas arrepentido, pero yo no.

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