lunes, 8 de noviembre de 2010

Necesitas a esa persona que te hace feliz.

Noche solitaria, estas solo/a en una explanada te da por pensar y miras el cielo queriendo refugiarte en el con las personas a las que has perdido. Es una mala idea tienes a mucha gente aquí que te quiere y apoya, que te necesita en cada momento y que sin ti no sabrían vivir. Pero no tienes en cuenta eso. Sientes que el mundo se te cae encima, que ni las lágrimas sirven para desahogarte, y que no puedes sacar una simple sonrisa. Sabes que le necesitas, sabes que esa persona te haría cambiar de opinión, que te ayudaría pero no está te a dejado tirada/o como una flor marchita sola en un campo. Sabes que no vendrá y empiezas a llorar sin ningún consuelo, sin límites. Pero esa persona lo siente, siente que le necesitas ahora más que nunca y corre sin ninguna barrera aunque la gente se ponga por medio porque te quiere aunque no lo sepas y no permitiría que alguien te haga daño. Sigue corriendo aunque no sepa donde estas, pero te encuentra y te sigue acompañando toda la noche, dejando a un lado lo que estaba haciendo...

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